MANIFIESTO
Nos hemos convocado a un 14 de Abril diferente, un 14 de abril reivindicativo, abierto a todos, un acto colectivo de ciudadanas y ciudadanos convencidos de que la monarquía no es una opción democrática y mucho menos la del estado español. Fue una imposición del atado y bien atado, bendecida por un constitucionalismo, fruto de una fingida democracia de larga transición pactada a la sombra de los intereses de algunos y la decepción de muchos. Un coste ético y económico insostenible en tiempos de muchas crisis.
Este 14 de Abril es un acto conmemorativo del 79 aniversario de la proclamación de la República, pero sobre todo es una llamada a la unidad del movimiento republicano. Una piedra en la construcción de un punto de encuentro donde republicanos progresistas y antimonárquicos de izquierdas comiencen a trabajar para abolir de una vez una institución anacrónica y antidemocrática, que constituye la excusa perfecta para que el estado español no resuelva muchas cuestiones que no admiten más demora.
Queremos exigir que nos devuelvan la legalidad usurpada por la dictadura fascista un 17 de julio del 36. Un golpe de estado que supuso una orgía de sangre, tortura, prisión, asesinato, exilio forzado, en un exterminio meticuloso del enemigo que bajo muchos nombres: rojo, masón, separatista, ateo, maricón, sólo era uno, aquel que no quería renunciar a la democracia. Esto no quiere decir que queramos quedarnos anclados en el pasado sino que queremos trabajar por una república que de luz a las sombras que tuvo la Segunda República y que corrija los errores cometidos, porque no fue un modelo perfecto, pero si un espacio de derechos y libertad puntero en el mundo, sobretodo para la mujer, y un paso de gigante para un pueblo que vivía mayoritariamente en la esclavitud del analfabetismo, el caciquismo, la miseria y el miedo.
Queremos que este sea un acto también de homenaje a todas las mujeres y hombres, luchadores antifascistas, generosos, perseverantes, íntegros, idealistas, defensores de la democracia, muertos en muchas batallas libradas durante la larga dictadura, o víctimas del aparato represor asesino del fascismo, supervivientes del horror fascista, dentro y fuera del estado español. Porque ellos fueron la República, su memoria es nuestro cordón umbilical con la democracia real, con la representación de una sociedad de ciudadanas y ciudadanos libres para escoger su camino y su destino, una sociedad laica impregnada de los valores republicanos universales, por la cultura y la paz, por la justicia social, por el progreso y la hermandad entre pueblos. Y es eso justamente lo que reivindicamos hoy, una república gestante de principios de verdad, justicia y reparación para las víctimas del fascismo, para todos nosotros, que vivimos en la carencia de todo aquello que nos robó y expolió el franquismo. Rechazamos el único, triste y vergonzoso pago que ha constituido la ley de punto final de la Memoria Histórica.
Reclamamos una república laica con la separación diáfana de la Iglesia y el Estado, una Iglesia que comulgó con el franquismo, patrocinadora del golpe de estado fascista del 36 y cooperante necesaria pera su larga vida. Una simbiosis que todavía da beneficios y privilegios. Pedimos una república del derecho a decidir, una república escrupulosamente respetuosa con los derechos humanos, con las libertades individuales y colectivas de las ciudadanas y ciudadanos de todos los pueblos del estado español. No pedimos sólo una república sino todas aquellas que surjan de la libertad de decisión. Una república o repúblicas sociales que cubran con total garantía todas las necesidades básicas de sus ciudadanos. Una república de justicia y que haga justicia, que juzgue todos los crímenes cometidos por el franquismo y durante la transición, que garantice todos los derechos de las ciudadanas y ciudadanos, y que vele para que éstos no sean recortados.
Este manifiesto abierto y plural lo firmamos todos aquellos que creemos en una república de verdad, justicia y reparación.
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