CRÓNICA Respuesta popular contra la Falange
Seis detenidos en Iruñea tras violentas cargas contra los antifascistas
Aritz INTXUSTA, GARA
Iruñea dio ayer una contundente respuesta popular a la llegada de las cuatro docenas de militantes de Falange que regresaban tres años después a la capital de Nafarroa para reivindicar su «españolidad». Más de 20 colectivos habían convocado a la ciudadanía para que saliera a la calle y evitara que se llevara a cabo una «exaltación del racismo y la xenofobia».
El Antifaxista Eguna arrancó ayer a las diez de la mañana con un homenaje en favor de las víctimas del fascismo en una plaza del Castillo blindada por agentes españoles y forales, que identificaron a varias personas cuando se acercaban para sumarse al acto.
Desde el quiosco, los reunidos realizaron una mención especial «a los inmigrantes anónimos» víctimas de la violencia fascista, a las mujeres y «a los secuestrados, torturados y amenazados». Tras un aurresku, los presentes se dirigieron hasta el Paseo Sarasate, donde se inició a las 12.00 una manifestación bajo el lema «Faxismoaren aurka, 1.000 kolore».
La protesta, secundada por dos mil personas según la organización, avanzó por las calles céntricas de Iruñea coreando lemas antifascistas. Durante su trayecto, el encargado del dispositivo policial se acercó en una ocasión a la cabecera para amenazar con que, si no se controlaban los gritos, la manifestación no podría continuar. Sin embargo, las canciones no cesaron y la manifestación pudo regresar a la plaza del Castillo.
«¡Viva la libertad!»
A las 13.00 horas, la exigua representación que logró traer la Falange a Iruñea, -apenas cincuenta personas «que hicieron el ridículo» a juicio de los organizadores del Antifaxista Eguna-, lanzó su mensaje de odio desde la plaza Blanca de Navarra. La Falange acudió con varios de sus primeros espadas, como Miguel Valenciano, líder del Sindicato Español Universitario, y Manuel Andrino, su nuevo jefe nacional. Sin embargo, muchas de sus banderas se quedaron apoyadas en un furgón porque no tenían gente suficiente para cogerlas.
Protegidos con un enorme despliegue policial, que no dejaba entrar en la plaza a nadie que no se identificara, los líderes de la Falange necesitaron subir el volumen de la megafonía que traían desde Madrid para que su voz se escuchara por encima de las canciones republicanas que sonaban desde varias ventanas de la plaza.
Miguel Valenciano, bajo una lluvia intermitente, cargó contra el independentismo, el aborto y defendió la «unidad de destino universal de la nación española» en la que dejó claro que no quiere ni gays, ni rojos, ni inmigrantes. El dirigente de la facción universitaria exigió «el cierre de todas las ikastolas» y la imposición de un sistema lingüístico unitario.
En ese momento, una mujer que se había colado entre los falangistas, logró arrebatarle el micrófono para gritar un «¡Viva la libertad!» antes de que los falangistas se abalanzaran sobre ella y la golpearan con los mástiles de sus banderas. Los antidisturbios la tuvieron que sacar del lugar. Otra joven que logró colarse en la plaza y mostró una bandera por los presos, también fue expulsada.
cargas policiales
Varios antifascistas chocaron con el cordón policial cuando, después de la manifestación, trataban de acercarse hasta donde la Falange celebraba su acto. La Policía española no dudó en cargar para dispersarlos, lo que se tradujo en carreras y enfrentamientos por las calles.
Según los organizadores, ya que la Delegación del Gobierno no quiso confirmarlo, se produjeron al menos seis detenciones, todos antifascistas. Al parecer, uno de los jóvenes fue arrestado cuando trataba de frenar a unos antidisturbios que estaban golpeando a un manifestante, que después necesitó atención hospitalaria.
Mientras sonaban los disparos de las pelotas de goma, tomó la palabra Andrino, líder máximo de la Falange, que aseguró que «llegará el momento» de que los falangistas se enfrenten a los antifascistas «sin intermediarios». Reivindicó la «pena de muerte para los terroristas» y el «derecho» que tienen los españoles de ejecutar esta pena capital si se encuentran con algún miembro de ETA. Finalmente, el líder de Falange prometió que «no les temblará el pulso» si tienen que recuperar Nafarroa por la fuerza.
Andrino hizo referencia además, a Falange y Tradición, un «grupo fantasma», según sus palabras, cuyas actuaciones son «actos de justicia, en favor de la verdadera memoria histórica».
Después del acto, los falangistas se marcharon del lugar en una caravana de vehículos entre fuertes medidas de seguridad. Varios vecinos se asomaron a las ventanas de su casa y les increparon: «Sois treinta y habéis venido a jodernos en domingo, cuando más buscamos paz y tranquilidad».
Después del acto, los falangistas se marcharon del lugar en una caravana de vehículos entre fuertes medidas de seguridad. Varios vecinos se asomaron a las ventanas de su casa y les increparon: «Sois treinta y habéis venido a jodernos en domingo, cuando más buscamos paz y tranquilidad».
A pesar de la escolta, los coches fueron apedreados, lo que provocó que varios de los falangistas salieran del vehículo en busca de pelea, pero la policía les obligó a volver a sus coches.
Miembros de la organización del Antifaxista Eguna se mostraron «bastante satisfechos» de la celebración del día, aunque lamentaron las detenciones ocurridas. Recordaron que, debido a la lluvia, no se pudieron llevar a cabo varios de los actos culturales previstos, pero por encima de todo, quisieron agradecer a las personas que participaron en la protesta «a pesar del amedrentador despliegue policial, con agentes de uniforme y de paisano».
Miembros de la organización del Antifaxista Eguna se mostraron «bastante satisfechos» de la celebración del día, aunque lamentaron las detenciones ocurridas. Recordaron que, debido a la lluvia, no se pudieron llevar a cabo varios de los actos culturales previstos, pero por encima de todo, quisieron agradecer a las personas que participaron en la protesta «a pesar del amedrentador despliegue policial, con agentes de uniforme y de paisano».
Patxi Belasko, miembro de Ahaztuak, afirmó que el principal objetivo del Antifaxista Eguna se cumplió: «denunciar la presencia en Iruñea de un acto fascista». Aunque matizó que los más peligrosos no son los exaltados, sino los que «tienen cargos dentro de los partidos políticos y en otras estructuras de poder».
Por otra parte, en Lizarra también se celebró ayer una concentración para denunciar que unos desconocidos han cortado a hachazos el retoño del árbol de Gernika plantado en la localidad y también la paliza que recibió hace unos días un joven de Zirauki a manos de un «fatxa conocido» de la zona.
Hoy, Iruñea volverá a denunciar el fascismo en una nueva convocatoria en contra de las agresiones y la guerra sucia. La marcha partirá a las 17.30 de la antigua estación de autobuses.
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